miércoles, 8 febrero 2012 20:30
Volume 2oración por la unidaddivisión entre los cristianospreparativos para el Nuevo Paraísocambios en la Iglesiaa otras iglesiasCruzada OracionesIglesia verdaderaLa Iglesia caerátáctica de satanásMadre de la Salvaciónal cleroel mundo de hoySoy la Inmaculada Concepción. Soy la Virgen María, Madre de Dios.
Hija mía, este pobre mundo está sumido en la confusión y, a medida que esto continúe, también se acercará cada día más el momento del Aviso.
Está predicho que el odio a mi Hijo se extenderá a Su Santa Iglesia en la Tierra. Esto ya ha sucedido. El maligno no descansará hasta que la Iglesia Católica haya sido derribada.
Cuando la Iglesia se rompa, surgirán dos bandos. Por mucho que la Iglesia sufra, no puede ni quiere morir. Esto no puede ser, hijos.
Porque aunque Dios Padre permita que la Iglesia en la Tierra reciba los mismos azotes que sufrió su amado Hijo Jesucristo, resucitará, como mi precioso Hijo, en la gloria una vez más.
Nunca abandones a la Iglesia Católica.
Nunca neguéis a mi Hijo otras iglesias cristianas. Porque todos sois seguidores de Cristo. Todos ustedes con una devoción a mi Hijo deben poner sus diferencias a un lado y unirse para luchar contra el anticristo.
Oración de la Cruzada (28) Oración de la Virgen María por la unificación de todas las iglesias cristianas
"Oh Dios del Altísimo, nos arrodillamos ante Ti para suplicarte la unificación de todos tus hijos en la lucha por conservar tus iglesias cristianas en la Tierra.
Que nuestras diferencias no nos dividan, en este tiempo de gran apostasía en el mundo. En nuestro amor por Ti, querido Padre, te suplicamos que nos des las Gracias para amarnos los unos a los otros, en el Nombre de Tu amado Hijo, Nuestro Salvador, Jesucristo.
Te adoramos. Te amamos. Nos unimos para luchar por la fuerza de conservar Tus iglesias cristianas en la Tierra en las pruebas que podamos enfrentar en los años venideros. Amén".
Confiad en mí, hijos, para guiaros hacia el Nuevo Paraíso y el Reino de mi Hijo en la Tierra, tal como debe ser.
Tu querida Madre
Madre de la Salvación